Dolor de oídos

El dolor de oído es una afección que puede aparecer en cualquier parte del oído, ya sea interno, medio o externo.

La intensidad del dolor de oído puede variar desde muy leve a muy intenso, dependiendo principalmente del factor causante. Existen enfermedades no relacionadas directamente con el oído pero que, al alcanzar un punto álgido, afectan a este órgano y causan el dolor.

Causas del dolor de oído

Ya que el dolor de oído se puede originar por condiciones y enfermedades sin relación directa al órgano, existen una amplia cantidad de potenciales causas. Sin embargo, debemos comenzar con una enfermedad del oído que siempre causa malestar: la otitis.

Dolor de oído provocado por una otitis

La otitis es una inflamación que, dependiendo de su tipo, se puede dar en el oído medio o externo. Las causas detrás de dicha inflamación pueden ser un resfriado común que se ha desarrollado hasta infectar los tejidos del oído, bacterias u hongos cuando existe una higiene pésima y heridas infringidas con bastoncillos de algodón u objetos punzantes.

Otras causas que pueden provocar dolor de oído

Además de la otitis, encontramos que el dolor de oído también puede ser causado por:

  • Múltiples tipos de alergias.
  • Episodios prolongados de tos severa.
  • Múltiples enfermedades de los dientes y mandíbula.
  • Inflamación o cierre de la trompa de Eustaquio.
  • Obstrucción del canal auditivo por agua, objetos extraños o cerumen.
  • Herpes zóster.
  • Inflamación de la glándula parótida a causa de paperas.
  • Lesiones del tímpano.
  • Congelación del pabellón auricular a muy bajas temperaturas.
  • Condiciones cancerosas en órganos cercanos.
  • Cambios drásticos de la presión atmosférica.

En la mayoría de los casos, el dolor de oídos es un síntoma útil para detectar una serie de enfermedades. Sin embargo, sin la asistencia de un otorrino especialista, es casi imposible hacer un diagnóstico adecuado, debido al gran abanico de posibilidades que existen.

Diagnóstico para el dolor de oído

El correcto diagnóstico del dolor de oído resulta fundamental para poder tratar la enfermedad origen a tiempo. Cuando aparecen los primeros síntomas y éstos persisten durante varias horas, es momento de visitar al otorrino.

El dolor de oído puede aparecer desde un primer momento de forma intensa y punzante, en otras ocasiones empieza como una ligera molestia que puede desaparecer por la causa que lo originó o volverse cada vez más intenso.

A un dolor de oído común y severo se pueden unir al poco tiempo mareospérdida significativa de la audición (hipoacusia)ruidos extraños (acúfenos) y/o secreción de fluidos.

Una vez en la consulta, el otorrinolaringólogo, se lleva a cabo una anamnesis completa. Posteriormente, el profesional interroga al paciente sobre las características de este dolor, entre las que destacan la intensidad y la región estimada.

A través de una otoscopia, el médico examina el pabellón auricular, el conducto auditivo externo y el tímpano. La finalidad de este examen es verificar visualmente el estado del oído y saber si existen indicios claros sobre el origen del dolor.

Pruebas diagnósticas adicionales pueden ser las pruebas de audición, de la función de la Trompa de Eustaquio, radiografía de la articulación temporomandibular, nasofaringoscopia y hematología completa.

Tratamiento para el dolor de oído

En cuanto a los tratamientos más apropiados para el dolor de oído, estos siempre dependerán de la causa diagnosticada pero para aliviar el dolor momentáneamente puedes usar Anestenka. Pero no se debe solo aliviar el dolor sino curar la enfermedad causante, en este caso es muy difícil definir un tratamiento estandarizado.

Cuando el médico determina que el dolor de oído tiene como origen una inflamación del pabellón auricular, se puede tratar con pomadas antiinflamatorias y antibióticos, este último recurso exclusivamente cuando se trate de una infección.

Cuando se trate de un dolor de oído por inflamación del oído medio, lo que se recomienda con mayor frecuencia es una combinación bajo observación de analgésicos y antiinflamatorios, incluyendo antibióticos cuando exista infección. Si se trata de un dolor de oído por inflamación del conducto auricular, las gotas antiinflamatorias junto con antibióticos conllevan, en general, importantes mejoras.

Las afecciones que destaquen por su nivel de complejidad requerirán una intervención directa y más exahustiva por parte del médico. Dependiendo cual sea el caso, el doctor podría verse obligado a abrir el tímpano para la extracción de fluidos, como la pus. La obstrucción por cerumen, por ejemplo, también requeriría una eliminación manual por parte del médico, usando instrumentos especiales para ello.

Una lesión severa de tímpano, sería una de las secuelas más graves que podemos encontrar, requeriría una operación reconstructiva en caso de que los tejidos no cicatricen por sí solos después de unas pocas semanas.

Medidas preventivas

Con una lista tan larga de potenciales causas, el dolor de oído es difícil de evitar simplemente siguiendo una serie de recomendaciones. Sin embargo, existen prácticas que cuidan de la salud del oído y, como consecuencia natural, evitan las inflamaciones, lesiones e infecciones.

  • No usar bastoncillos de algodón para la higiene del oído, pues son objetos que suelen causar lesiones.
  • Después de cada baño, secar el pabellón auricular sutilmente.con una toalla.
  • Evitar los baños en aguas aparentemente contaminadas, ya sea en playas o ríos sucios o en piscinas con mantenimiento deficiente.
  • Tratar las alergias existentes con asistencia del médico.
  • En el caso de los niños, evitar en la medida de lo posible que estos estén cerca de personas fumadoras, ya que este es un factor potencial para las inflamaciones de la mucosa de la nariz e indirectamente del oído a temprana edad.

Incidimos en que acuda a su médico ante cualquier dolor de oído, ya sea leve, moderado y por supuesto intenso con el fin de que pueda ser diagnosticado de forma precisa y recibir el tratamiento adecuado que origina ese dolor.

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